
Me enciende sobremanera esa nebulosa vital que cual mancha de aceite extiende y contamina a quién con ella entra en contacto. Las incertezas forman parte de la vida pero eso no conduce necesariamente a convertir la vida en un todo incierto como algo mágico, me resisto. Su embotamiento sentimental es patológico y te hace sentir lástima por su incapacidad congénita para disfrutar. Por otra parte, me resulta adorable la interpretación de Mathieu Amalric con la cordura de un delicioso loco que vive y deja vivir, sabe decir mil veces sí y mil no.
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