Promete mucho, ofrece poco y no permanece nada. Un guión potencialmente interesante por la riqueza de matices que se podía intuir en los personajes queda en eso, en una mera declaración de intenciones que no se desarolla eficazmente. El tránsito del papel al celuloide se convierte en poco rítmico y verosímil.http://www.youtube.com/watch?v=z5dEjaJ6Mrw&feature=related
La maestría de Attenborough se extiende como alfombra roja que permite clamar el anuncio: "Ya llegó el amor". Cine británico de alta categoría.

Parsimoniosa, tenebrista, dotada de una cadencia formalmente estable pero modificada lenta y sigilosamente por el sentir de los personajes. Una película dentro de la película o una vida dentro de la vida misma. Muchas vidas en una que conducen a un mismo escenario final.
Embrionario boceto de la aclamada Jeux d´Enfants con el sello alocado del genial Fatih Akin. No alcanza la regularidad y altas cotas de aquella pero demuestra que el cine es el mejor lugar para empezar a soñar sin restricciones.
Espeluznante telefim francés ambientado en la ocupación nazi de Francia y la deportación masiva de homosexuales a campos de concentración para ser "reeducados".

Imprescindible acercamiento al mundo de los suicidas palestinos. Grandísima película poliédrica, llena de matices que huye del tan habitual planteamiento simplista y maniqueo.
La belleza refleja la bondad y ambas encuentran su mejor abrigo al lado de Audrey Tautou. Telefim ligero que se deja ver con unos buenos actores y mejor música.
Solamente el cine francés se puede permitir hacer este tipo de películas. Contenida, cadenciosa pero demasiado lenta y faltada de alicientes por momentos.
Una bonita historia sobre la dificultad de salir de nuestras fronteras interiores.
Una película pequeña elaborada con paciencia, mimo y artesanía.
Woody Allen ya lo recogió con suma precisión en Vicky Cristina Barcelona al catalogar a la mujer o algunas mujeres de insatisfechas crónicas. Emmanuelle Devos se convierte en la quintaesencia de esta realidad. Para muestra un botón, se encuentra emparejada (nunca me atrevería a decir felizmente, recordemos su patología) e imagino que todo el mundo encontraría lo más normal del mundo que respecto a su hijo, fruto de su primer matrimonio, ella solicite a su segunda pareja que lo adopte, normalísimo. Me enciende sobremanera esa nebulosa vital que cual mancha de aceite extiende y contamina a quién con ella entra en contacto. Las incertezas forman parte de la vida pero eso no conduce necesariamente a convertir la vida en un todo incierto como algo mágico, me resisto. Su embotamiento sentimental es patológico y te hace sentir lástima por su incapacidad congénita para disfrutar. Por otra parte, me resulta adorable la interpretación de Mathieu Amalric con la cordura de un delicioso loco que vive y deja vivir, sabe decir mil veces sí y mil no.
Adorable, fluída, engrasada y vigorizante película del cine con mayúsculas. Increíble todo el reparto, majestuoso Charles Laughton.