Bella, frágil, pura, virginal Natalie. Carga sobre sí todo el peso de la historia con una maravillosa transparencia en todas sus metamorfosis. El efectismo de la película debilita su profundidad y credibilidad. No más de lo mismo por favor señor Lynch, no nos despista con el pseudónimo usado, sabemos que es usted: escena lésbica, confusión que remite a un caos generalizado, fácil muy fácil. Ha demostrado que sabe hacer películas hasta prescindiendo de los enanos.