Buen thriller austríaco pero que adolece de esa autonomía que tienen las obras maestras. Aquí las circunstancias son excesivamente teledirigidas y se recrea, en exceso, en lograr la cuadratura del círculo.
Telefim sobre el transfondo de los delitos financieros.
Y finalmente entendí porqué José nunca tendrá coche.
Tres motores para una existencia: el idealismo (Ricardo Darín), la belleza (Soledad Villamil) y el humor (Guillermo Francella). Estas tres fuentes aciertan a confluir en un río fluído, caudaloso que busca certeramente su mar. Thriller bellísimo, intenso de gran factura que te subyuga y te conduce desde el primer momento hasta su conclusión. Indispensable. Además al finalizar el camino habrás mejorado tu conocimiento del arte supremo argentino, a saber: ¿Qué decir a una mujer vestida de negro? " ¿Se ha muerto un Santo en el día de hoy? Porque veo un angel vestido de luto" u otra más génerica aplicable a cualquier situación "Se abrieron las puertas del cielo que se escapó un angel".